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Naturalmente Mamá


Aug 5, 2019

A propósito de la Semana Mundial de la Lactancia Materna quise compartir mi experiencia amamantando a tres pequeñines por que lejos de ser perfecta, es una de esas historias con muchos tropiezos y realmente ha sido un camino rocoso, en donde tuve que lidiar con el desconocimiento, la presión familiar e incluso no producir suficiente. Espero que mi historia te inspire y te empodere.

Debo confesar que, como madre primeriza, pensaba que amamantar era natural y se me iba a dar fácil, por lo que no aprendí, no me prepare, es mas, creo que ni siquiera pregunté del tema, aunado a que en esa época era muy común encontrar en la habitación del hospital muestras gratis de formula, la cosa no se me puso fácil.

Por problemas de la bilirrubina, Bruno tuvo que estar en el NICU por 13 días, durante su estadía le daban de comer 3oz de leche, cada tres horas. Eso hizo que tuviese que extraerme leche y llevarla, sin embargo, no fui muy diligente y solo me sacaba cuando me acordaba o cuando estuviese de humor.

Una vez que Bruno salió del NICU, también me enfrenté a la presión familiar, me llegaron a decir que me lo pegaba al pecho porque no quería que nadie lo cargara, que me querían ayudar y que le daban el tetero por mi para que yo descansara, que no me preocupara que un tetero no hace nada.

A la final, obviamente era mas la formula que tomaba y poco a poco fueron disminuyendo las tomas de pecho, hasta que a los 4 meses ya no le pude dar mas porque mi cuerpo dejó de producir gracias a mi manejo tan pobre de la lactancia.

Me llegué a sentir súper mal y me prometí a mi misma que iba a aprender todo lo que pudiese si llegaba a tener un segundo hijo.

Así fue, leí mucho y me preparé. Fui muy clara en mi deseo de amamantar en el hospital y una vez me sacaron de la cesárea hacia recuperación, pude amamantar a Oliver. Tuvimos problemas con la bilirrubina y aunque me ofrecieron darle formula, la decliné y continué lactancia materna exclusiva. Si bien fue un poco mas lenta su recuperación, sabia que la formula podía sabotear mis deseos.

En esta oportunidad no permití presiones familiares y ni siquiera mi esposo podía sugerirme formula durante estos brotes de crecimiento tan temidos por todos.

Cada vez que encontraba un problema buscaba soluciones y agotaba mis recursos. Veía videos de YouTube para el agarre y posiciones, asistía a las reuniones de la Leche League y estaba rodeada de gente que estaba en lo mismo que yo, al punto que sus experiencias me servían para no tirar la toalla, me sentía apoyada y sabia que no estaba sola en el proceso.

Cuando regresé a trabajar me extraía leche, pero no era suficiente y en la primera semana me quedé sin banco de leche para cubrir todas las onzas que necesitaba. Desesperada fui con una consultora de lactancia que me hizo entender que, si bien no estaba produciendo lo suficiente, no era necesario abandonar la lactancia por completo, que algo era mejor que nada y que si mi problema estaba en la cantidad de onzas, que podía usar formula para completar ese tetero que me hacia falta todos los días.

Así lo hice, enviaba un tetero de formula y el resto era de mi leche. Continué extrayéndome por el tiempo que me permitieron en el trabajo y a la final pude amamantar a Oliver por dos años, de hecho, lo desteté porque experimenté agitación del amamantamiento, una especie de sofoco o desespero que experimentan algunas mujeres, sobre todo cuando están embarazadas.

Cuando fue el turno de Giovanni realmente ya tenia la confianza de que había amamantado a Oliver por dos años y en lo que cabe, todas las experiencias han sido bastante parecidas. Cuando salí de la cesárea me lo pegué al pecho, sin embargo, esta vez me ha resultado complicado el sentarme tranquila a amamantar con un niño de dos años y medio rondándome. Ha sido bien difícil manejar su búsqueda de atención y de querer saltarme encima, o abrazar al bebé, en fin, he tenido que armarme de paciencia y leer mucho para poder manejarlo sin rechazarlo.

Otra cosa que hice diferente es el bajarme la aplicación The Wonder Weeks, la cual me sirvió mucho para prepararme psicológica y emocionalmente para esos días en los que el bebé comería mas por algún brote de crecimiento o cuando iba a necesitar mucha mas atención e interacción.

Al igual que con sus dos hermanos, Giovanni tuvo problemas con la bilirrubina y decidí no darle formula, porque si bien puede ayudar a que el cuerpo se deshaga de la bilirrubina mas rápido, la verdad es que el no dársela no significa que no se le va a ir, significa que se va a tardar un poquito mas.

Como ves mi experiencia ha sido de todo menos perfecta y la quise contar con la esperanza de ayudar a otra mamá empoderándola para que se prepare mejor para la siguiente ronda o para que haga las pases con ella misma, ya que después de todo hay un sector de la población que no puede amamantar por cuestiones físicas; a lo mejor tienen alguna condición que se los impide, o quizás mentalmente no pueden enfrentarse a una lactancia exclusiva y eso está bien, a la final la madre toma la mejor decisión para todos, porque no es lo mismo sentarse a darle pecho al bebé y disfrutarlo, que darle pecho y estar renegando cada segundo que estas sentada en el sofá, realmente no es justo ni para ti, ni para el bebé.

¡Tu decides!

Si quieres escuchar las Historias de Parto de mis hijos, estos son los links:

Si prefieres leer, entonces estos links te llevaran a los diferentes posts que tengo dedicados a eso:

Encuentra las notas del Episodio en http://naturalmentemama.com/039